Así nunca vas a mejorar ¿Sigues cometiendo este error?

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Quieres correr más kilómetros y más rápidos pero no puedes. Siempre hay algo que se interpone frente a tu camino y casi siempre es por cometer el mismo error.

Einstein decía que locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados.  Si lo que haces una y otra vez es un grave error, las cosas se complican aun más.

A continuación te explicamos el principal motivo por el que no puedes mejorar tus rendimientos.

EL ERROR QUE DEBES DEJAR DE COMETER

Cuando corres tu cuerpo se daña; cuanto más duro corres (en volumen o intensidad), mayor es el daño que sufrirá.

Antes de que te pongas nervioso, es importante que tengas presente que este daño es normal, esperable y hasta necesario para convertirte en un mejor corredor.

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Cómo consecuencia de ello, tu cuerpo comenzará a trabajar en la recuperación y reparación de partes dañadas y si todo sale bien,  terminarán recuperadas y fortalecidas.

Justamente, esto es lo que buscamos cuando entrenamos; ya que así es cómo un corredor se convierte en mas rápido, más fuerte y mas resistente.

Para que esto suceda es indispensable que le des tiempo, nutrientes, descanso y diversos estímulos que contribuyen a la recuperación.

Además, resulta esencial que aprendas a escuchar a tu cuerpo las señales que te entrega luego de cada entrenamiento. 

El deseo y la ansiedad de mejorar, suele hacer que los corredores se equivoquen y busquen aumentar la intensidad y/o el volumen de los entrenamientos  en forma constante, sin darle tiempo necesario al cuerpo a adaptarse.

Cuando superamos los límites de asimilación y recuperación que nuestro cuerpo tiene, será normal que aparezcan  los problemas.

Ante esto, tu cuerpo te dará señales muy claras, siendo la más típica la famosa «molestia». Una pequeña molestia, sin dolor prácticamente que aparece un día y va creciendo poco a poco hasta convertirse en un dolor insoportable. La «molestia» se ha convertido en lesión.

El error que casi el 90% de los corredores cometen es este: seguir corriendo aunque les duela alguna parte de su cuerpo, pensando que un día va a desaparecer. 

Es verdad, a veces desaparecen, pero la mayoría de las veces el resultado es una lesión que te impide entrenar con constancia.

No tratar una lesión a tiempo y continuar exigiendo tu cuerpo, suele generar el ingreso a un círculo de lesiones y frustación que muchas veces no tiene fin.

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EJEMPLOS DEL TÍPICO ERROR

Dos ejemplos, servirán para graficar el error que seguro has cometido y sigues cometiendo una y otra vez.

1.- Durante tu plan de entrenamiento, sufres una pequeña lesión que te deja afuera de las pistas durante algunos días o una semana. Cuando te sientes mejor, intentas recuperar los entrenamientos perdidos y presionas a tu cuerpo nuevamente. El resultado: OTRA NUEVA LESIÓN.

2.- Otro caso muy usual entre corredores, es querer evitar un descanso cuando realmente lo necesitas. Durante un entrenamiento aparece una molestia, al día siguiente continua la molestia, pero como tu plan dice que tienes que correr, vas y corres.

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Recuerda, es mucho mejor tomarse un descanso de algunos días que pasar meses lesionado o sufrir lesiones todos los meses.

Muchos corredores deciden no prestar atención a las señales de su cuerpo, ya que piensan “ya me voy a acostumbrar a ese dolor” o “no es nada”.

Muchos sienten que son “flojos” o “débiles” si tienen que parar durante un entrenamiento o creen que van a perder su forma física si se toman una semana de descanso.

Las lesiones, ya sean musculares, articulares, ligamentosas, óseas o de cualquier tipo, son el gran enemigo a vencer de todos los corredores y muchas veces nos olvidamos de esto.

Deja de cometer este error, escucha tu cuerpo y toma los descansos que necesites para recuperarte. Así podrás entrenar con constancia y lograr mejorar.

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